Dos caras nuevas

El Tolo Gallego decidió subir al plantel de primera a dos juveniles con la idea de llevarlos a la pretemporada: Marcelo Vidal y Francisco Pizzini.

Los buenos rendimientos de “La Piponeta” en la división reserva y la falta de rendimientos en algunos puestos hicieron que el entrenador de Independiente, Américo Rubén Gallego se fijara en dos jugadores para subirlos a primera con vistas a la pretemporada.

Uno es Marcelo Vidal, un volante central que desde muy chico está en el club, socio e hincha de la institución, fue capitán  en casi todas las categorías. Saltó a la fama hace un tiempo porque un gol suyo de mitad de cancha en reserva ante Estudiantes en Villa Domínico fue elegido el tercer mejor gol en el fútbol mundial hace unos años. Fue tentado para irse al exterior pero prefirió quedarse en Independiente.

El otro es Francisco Pizzini, nacido en Bahía Blanca el 19 de septiembre de 1993, tiene 19 años y es un delantero por afuera con mucha habilidad para la gambeta y también puede jugar de volante por afuera. “Panchito” ya debutó en primera de la mano de Cristian Díaz, que lo conocía de su paso por la reserva, en donde tuvo muy buenas actuaciones, en la derrota ante Belgrano por 2 a 0 en Córdoba por la fecha 6 del apertura 2011, cuando ingresó por Osmar Ferreyra a los 7 del complemento. Su primer contrato profesional se realizó cuando tenía 16 años, cuando no hacía mucho que había llegado de jugar en Liniers ( un club de fútbol amateur). 

Tuvo contactos a nivel internacional con el Hamburgo de Alemania, el Villarreal de España e incluso en algún momento con el Manchester United, pero ninguna llegó a buen puerto, también recibió ofertas a nivel local de River, Vélez y Argentinos. Comenzó en su Bahía natal jugando en Villa Mitre, y luego pasó a Liniers, lo curioso es que comenzó atajando media temporada hasta que Rubén Araujo (entrenador de infantiles de Villa Mitre) lo sacó del arco para que juegue más arriba.

Estas son las apuestas del Tolo Gallego, Vidal y Pizzini son las dos caras nuevas.

Por Damian Chavez