El misterioso caso de Robin Söderling
Afectado por una enfermedad infecciosa, el sueco, ex Nº4 del mundo y 2 veces finalista de Roland Garros, no compite en el circuito desde julio pasado. Su prolongada ausencia llama la atención hasta a los propios escandinavos, y su futuro es realmente una gran incógnita.
Robin Bo Carl Söderling
llegó a ser mucho más que una piedra en el zapato de los fantásticos del
circuito. El sueco, de gran estatura, se estableció como uno de los tenistas más
peligrosos de los últimos años. A pura potencia, frialdad y audacia, puso en
jaque a los mejores. Incluso posee una marca que sólo él ha logrado: derrotar
al español Rafael Nadal, “el rey del polvo de ladrillo”, en Roland Garros, por
6/2 6/7(2) 6/4 7/6(2). La hazaña se produjo en la cuarta ronda del Grand Slam
francés del 2009, torneo que terminó ganando el suizo Roger Federer tras
vencer, justamente, al escandinavo en la gran final. En octubre de esa asombrosa
temporada llegó a ser top- ten, luego fue otra vez finalista en Roland Garros
2010 y en noviembre de ese mismo año alcanzó su mejor ubicación en el Ranking
ATP: 4º. Además, ganó 10 títulos, incluido el Masters 1000 de París- Bercy.
Pero de un día para
el otro algo ocurrió. Y sucedió, curiosamente, luego de ganar un título (fue en
julio de 2011 en Bastad, tras derrotar al español David Ferrer en la final).
Tras aquel día de fiesta, Söderling empezó a sentir diversos malestares
corporales, se debilitó, sufrió mareos y hasta se retiró antes de presentarse
en la primera ronda del US Open, cuando su rival iba a ser el irlandés Louk
Sorensen (procedente de la rueda clasificatoria). Tras hacerse estudiar por los
especialistas en medicina, anunció en septiembre que sufría mononucleosis. ¿Qué
es esta enfermedad? Conocida también como “la enfermedad del beso”, es una
infección generada por el virus de Epstein Barr, que se transmite
principalmente a través de la saliva. Algunos de los posibles síntomas son
fiebre, fatiga, faringitis e inflamación de los ganglios linfáticos. El grupo de
edad más vulnerable es el que va de los 15 a los 25 años. El tiempo que demanda su
curación depende del agrandamiento del bazo, que es afectado por esta
enfermedad. Además de Söderling, otros tenistas que sufrieron esta dolencia
fueron: el suizo Roger Federer (2008), el croata Mario Ancic, la belga Justine
Henin y la checa Nicole Vaidisova.
Los médicos
recomiendan que los deportistas no compitan mientras dura la enfermedad, pero
la ausencia de Robin en el circuito se prolonga y su futuro, realmente, es una
incógnita.
Se creía que
regresaría a la competencia en febrero de este año, pero esto no sucedió. “Son
momentos difíciles para mí y no hablaré hasta la conferencia de prensa del 21
de mayo. Noto ligeros avances, pero voy a paso de tortuga. Estoy tratando de
encontrar la paz y la tranquilidad a través de mi psicólogo. Leo muchos libros,
la mayoría de nutrición y psicología. Y comencé a hacer rompecabezas. Es la
mejor cosa que he hecho y una actividad realmente muy buena para la paciencia”,
señaló por entonces. Tras esas palabras y con la promesa de una conferencia de
prensa en mayo, se pensó que regresaría a la actividad en Roland Garros, torneo
que tantas alegrías le había dado. Pero allí tampoco volvió a jugar. Tampoco
actuó en los distintos Masters 1000, ni en Wimbledon, ni en los Juegos
Olímpicos de Londres, ni en el US Open. Su futuro es un misterio, y no hay
información más precisa. Por otra parte, teniendo en cuenta que es un jugador
de 28 años, su situación es totalmente preocupante. Por supuesto que hay
excepciones, alcanza con ver al alemán Tommy Haas y su rendimiento en los
últimos meses, pero a al edad de Robin es mucho más difícil volver donde se
encontraba cuando él jugó, por ejemplo, entre los 5 mejores del mundo.
La prensa
internacional y los fanáticos se hacen todo tipo de preguntas. En su cuenta de
la red social Twitter (@RSoderling), el sueco tampoco ha dado muchos más detalles:
se mostró junto a sus familiares, jugando al golf, pescando o hasta en una
sesión de acupuntura. No mucho más. Por otra parte, cabe destacar que Söderling
ya no tiene Ranking. La última vez que figuró en él fue el 9 de julio pasado,
en el 195º puesto. Se cree que en su futuro también influirá el hecho de
convertirse en padre por primera vez, lo que hace creer que probablemente se
enfocará en otra cosa que no es el tenis.
Si hay algo que está
claro, es que alrededor de Söderling es todo misterio y confusión. Una lástima.
Esperamos poder volver a verlo en las canchas cuanto antes.
Por: Lior Behar
Etiquetas: Tenis
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