viernes, 5 de julio de 2013

Cuando los equipos aparecen y se quedan


Suele hablarse mucho, en estos tiempos de fútbol "anárquico", si se quiere, donde los grandes han perdido su hegemonía y su lugar es tomado por equipos de menor poder adquisitivo y/o cantidad de pergaminos, sobre las apariciones de esos equipos. Sucede que, muchas veces, ascienden a la punta equipos que pasan un corto tiempo allí y después acaban por volver a la mediocridad anterior o, mejor dicho, al lugar que históricamente siempre les correspondió.

Ejemplos categóricos de esto son el Huracán del Clausura 2009, que sedujo a todo el mundo futbolero en la primera mitad de 2009 con el tan sonado tiki-tiki; el Estudiantes de 2009-2010, ganador de una Copa Libertadores y peleador de todos los torneos (incluso ganando el Apertura 2010). En el plano internacional, se puede hablar del Villarreal 2004-2006, un equipo antaño del montón que, de la mano de Pellegrini, Riquelme y algunos otros llegó a semifinales de una Champions League. Ejemplos sobran, y el lector podrá pensar en todos los que se le ocurran.

Cabe la duda sobre los equipos que actualmente están en la vanguardia y que, históricamente, nunca fueron más que equipos como cualquier otro: Borussia Dortmund, Manchester City, entre otros. ¿Se mantendrán? ¿Por cuánto tiempo? Es que pareciera que, para una parte de la sociedad, ver caer a quien está encumbrado es un suceso: la gente está ávida de ver caídas. Por morbo, o por el hecho de visualizar un batacazo, que es otro evento que atrae mucho la atención, lo cierto es que la caída en desgracia de los imperios es muy atractiva. Pregúntese, si no, por qué los descensos de River y de Independiente causaron tanta sensación. Y por esto, desde los medios, muchas veces se fogonean dudas sobre los equipos, rumores o simples pareceres que apuntan a generar sensación, aprovechando esto que se acaba de mencionar.

Inevitablemente, entonces, viene a la cabeza el caso de Newell's. Equipo que, desde la llegada de Gerardo Martino, fue transformándose desde el equipo tímido, inseguro, que perdía la mayor parte de los partidos, en uno ganador, con paso firme, que ha coronado la evolución con el flamante campeonato del Final 2013. Pero en los partidos siguientes a salir campeón, los rosarinos perdieron tres partidos en fila, sin marcar siquiera un gol. Fueron tres 0-1 sucesivos, ante Talleres (con el que quedó afuera de la Copa Argentina), ante Argentinos en la última fecha del Final, y ante Vélez por la Supercopa. Ni siquiera con el goleador Ignacio Scocco pudo. Nobleza obliga, en todos los partidos respetó su idea de juego.

Parte de la prensa se permitió dudar sobre el andar del equipo. No era del todo injustificado: se sabe que, tras el logro de algo importante, como un campeonato, muchas veces los protagonistas se relajan y su nivel de concentración decrece. La tensión mental a la que estar peleando algo importante somete al jugador, hace que éste, conseguido el logro, libere parte de dicha tensión. Pero, siempre surge la pregunta: ¿hasta qué punto pasó esto, y hasta qué punto es que se está alimentando a la mente humana con imágenes de fin de fiesta? Mucha gente, tras las tres caídas, y ante la futura salida de Gerardo Martino, se permitió dudar.

Pero Newell's demostró el miércoles que podía salir de la mala racha, que le quedaba resto todavía. Esa noche, despachó a Atlético Mineiro por 2 a 0, con un golazo de tiro libre de Ignacio Scocco que le puso justicia al marcador. No sólo eso: en el primer tiempo, Newell's pudo jugar a lo que ha jugado el último año y medio. En el segundo, por la presión de Mineiro, Newell's debió replegarse y pudo haber sufrido el empate. Pero luego apareció Scocco para sentenciar el partido y, a partir de allí, los rosarinos pudieron haber hecho algún otro gol. Lo bueno, empero, es que no sufrió goles de local.

Todavía no se ha agotado el momento de Newell's. Sigue vivo, señores. El momento clave va a ser cuando finalmente tome su cargo Alfredo Berti, el sucesor de Martino, y se vea si puede continuar con el mismo plan de juego. Los dirigentes lo eligieron a él por algo. Pero el chip leproso está intacto. Que no se busque un naufragio donde no lo hay. Queda Newell's para rato.

Por Esteban Perisset

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