Las caras de una sociedad deteriorada
Hablar de barras bravas en la Argentina es tratar un tema
de realidad cada vez más frecuente. No solamente en las canchas de fútbol, sino
que cada día se entrometen en otros deportes y son los jueces de que los
eventos deportivos puedan desarrollarse en base a su violencia y negocios.
Dentro de la impunidad con la que se convive con estos
personajes, cabe destacar que cada barra actúa como hombre de poder. No son
hinchas, sino que ingresan a las canchas y ejercen como barras para poder hacer
sus acciones clandestinas.
Con el apoyo a escondidas de ciertos sectores de la
política, ahora existe un nuevo sistema que dice poder comenzar a controlarlos.
El AFA Plus, que la mayoría de los hinchas del fútbol argentino todavía no sabe
de qué trata, y cuando se comenzará a utilizar.
Los violentos con armas y uniformes de los clubes de los
que dicen ser hinchas se muestran sin vergüenza frente a todas las cámaras y
parecen tener connivencia con la policía.
Solo una persona es capaz de enfrentarlos en el mundo de
violencia en el que los barras dañan la esencia del deporte y contaminan la
sociedad. Javier Cantero, presidente de Independiente, es el único que busca la
tranquilidad en las canchas. Sólo se encuentra, todos dicen apoyarlo pero la
realidad indica que nadie se juega su puesto de dirigente en la lucha contras
las barras bravas.
Su soledad lo llevó, sin desestimar todas las
culpabilidades en su muy mala gestión deportiva, al descenso. Ni su propia
comisión directiva está a su lado, y eso también incide a la hora de realizar
incorporaciones, uno de los ítems en los que falló al comienzo de esta
temporada. Sin embargo, se dedicó solo a la lucha. Recibió miles de amenazas,
la noche de los sillazos en la asamblea, pero según él eso solo lo hace más
fuerte aun.
En propias palabras de Cantero, se pueden escuchas frases
que alegan que no lo van a tumbar en su pelea. Teme por su familia, por la
gente común que va a la cancha y por los otros directivos, pero expresamente da
a conocer que no teme por él. Está muy compenetrado, de hecho siente no estar
solo. “El Gobierno está muy comprometido en solucionar esto, no sólo en
palabras, sino con medidas concretas”, señaló el máximo dirigente del club de
Avellaneda al iniciar su era como máximo dirigente del club de Avellaneda.
Sin el respaldo de los jefes, Julio Humberto Grondona
desde la AFA o mismo desde el Gobierno nacional, es imposible que se eliminen a
estas personas de la sociedad. Se aprovechan del fútbol para crear un ambiente
peligroso en donde saben manejarse, incluso imponen sus propias condiciones.
Drogas, dinero, el ambiente que crean para asustar a la comunidad y quedarse
con todo el poder.
No hay derecho de admisión, incluso el presidente de Boca
Daniel Angelici dijo que no puede aplicárselo
debido a que no ejercieron ningún acto de violencia dentro de la cancha,
no lo puede hacer por portación de cara. Hoy lo paga con un nuevo suceso
violento que deja dos muertes más en el fútbol nacional.
Parece increíble que no se adapten las medidas necesarias
para terminar con estas personas que lo único que hacen es dañar el fútbol
nacional y solo les importa el poder entre sus grupos. Desde lo más alto,
deberían dejar de existir esas relaciones de conveniencia. El apoyo a Cantero
podría integrar masivamente a todos los dirigentes y a la sociedad, que también
debe pensar en cómo actuar para ir de forma conjunta contra todos los
violentos.
Con respecto a las políticas desde el Gobierno nacional,
la Presidente Cristina Fernández de Kirchner indicó cual es su opinión en torno
al tema en su momento, cerca del final del año 2012: “La violencia en el
fútbol, si lo circunscribimos a un grupo, vamos a equivocarnos y no vamos a
darle una verdadera respuesta al problema”.
Los barrabravas son la imagen de una sociedad
deteriorada. En los clubes más importantes, en los más chicos, en todas las
hinchadas hay barras. Ya no solo efectúan sus negocios o se pelean con otros
personajes semejantes, sino que ahora se ven cegados por el poder y pelean en
la interna del propio grupo.
Hoy Berni, Secretario de Seguridad, vuelve a establecer
esa norma que regio en el cierre del Torneo Final. No habrá visitantes en las
canchas. Se sabe que hasta en las propias facciones hay problemas, y que la
medida se tomó después de una gresca entre los barras de Lanús. Ahora los de
Boca. En el fútbol argentino hay de todo, entre distintos bandos, entre los
mismos.
El episodio ocurrido antes de la final de la Copa de
Invierno pudo haberse prevenido –como varios en los que no se hace lo necesario
para evitar la violencia-, de hecho Clarín publicó en su edición de hoy que
este choque podría suceder.
Se puede hablar, cuestionar decisiones, criticar lo que
determinan las cabezas superiores en este país. Pero nada se soluciona. Un monstruo
casi imposible de acabar. Fue consumiendo el ambiente, hoy es imparable.
Depende de que la sociedad, conjuntamente a los altos
funcionarios, tantos de la política nacional como de los clubes, comiencen a
tener la disposición de eliminar a los barras bravas por mayor seguridad. Con
un poder que a medida que pasa el tiempo se va agigantando, parece imposible de
eliminarlos. Pero antes se debe elaborar un plan, íntegramente, desde cada
lugar para poder volver a ir a la cancha en forma tranquila.
Desde arriba deben tomar conciencia de que la situación
que tanto dicen apoyar no puede avanzar más de lo que está. Hacen falta
prevenciones para terminar con los violentos.
Nicolás Galliari
Foto: Diario Olé
Etiquetas: Fútbol Argentino, La columna de Nico Galliari, Violencia en el Fútbol
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