Robin Hood volvió a aparecer
Una vez
más, el Signal Iduna Park está repleto. Desde los cuatro costados, por donde se
lo mire. La Sud Tribune, el muro amarillo en el que los fanáticos Borussers muestran
un espectáculo único, rebosa ante la vuelta de la competencia oficial en el
fútbol alemán. Es a partido único, entre Dortmund y Bayern, por la Supercopa
alemana.
En la
última temporada, el escenario había sido el Allianz Arena. Ayer, la nueva
final fue en Westfalia, en la ciudad que caracteriza los colores del BVB por el
amarillo de los minerales y el negro del carbón. Allí, un nuevo gran partido
volvió a dar que hablar en el fútbol europeo. Y también en todo el planeta.
El Borussia
se tomó una mini revancha de lo ocurrido en final de Champions League, en mayo
pasado, en aquella histórica y única final entre alemanes de la historia de la
competición. Fue un partido muy igualado, y se definió en el cierre porque
Robben sacó un lindo gol que coronó su buen rendimiento.
Los de
Jurgen Klopp vuelven a sonreír, aunque el golpe en aquel partido decisivo al
que el club no llegaba desde 1997, fue demasiado duro. En estos 90 minutos, el
equipo arrancó con todo. Sin Mario Gotze, una de las figuras de la pasada
campaña, transferido al Bayern Munich (tampoco estuvo en esta final), la
institución decidió, hasta el momento, no incorporar y hacer una pequeña
rotación.
El exquisito
volante Ilkay Gundogan pasó de acompañar a Bender en el centro a jugar por el
medio en la línea de tres que se ubica por detrás del centro delantero Robert
Lewandowski. Con Błaszczykowski a un costado, con Reus del otro, y dejándole el
lugar a Nuri Sahin de ocupar el lugar de iniciador de juego en su antigua
posición.
Por parte
de los bávaros, no estuvo el 10 por el que pagaron la clausula de 37 millones
de euros, pero tampoco pudieron jugar el arquero Neuer ni Frank Ribery. Además,
Dante y Schwensteiger, más allá de ingresar en la segunda mitad no están en las
mejores condiciones físicas.
El que
ingresó como arquero titular para los de Pep Guardiola fue Starke. Abrió el
partido con un grosero error, que le sirvió el primer gol a Reus. Luego, en el
transcurso, tuvo algunas atajadas importantes y otras fallas puntuales. El polaco
Lewa pudo ampliar el marcador e iniciar nuevamente el año de la mejor manera
posible, pero el línea levantó la bandera cuando estaba habilitado y definía de
gran forma.
De a poco
se fue formando un partido que fue tan atrayente como aquella final que
significó, junto a la final de la Copa alemana, el cierre de una temporada
perfecta para el por entonces equipo de Heynckes. Con ocasiones de gol para los
dos equipos, con las pulsaciones a mil y con las ganas enormes de los dos
equipos de ganarle al otro y de obtener su primer título en este nuevo ciclo
que comienza.
El plantel
de Pep había goleado en casi todos los partidos que había disputado, pero
todavía no se había encontrado con un rival de semejante calibre. Dos equipos
que parece que volverán a tener un año agitado en Europa, más teniendo en
cuenta la manera de juego que han demostrado en el partido de ayer en medio del
caluroso verano de Dortmund.
El Pájaro
Loco, Marco Reus, volvió a complicar a toda la defensa del Bayern. Apareciendo
por todo el frente de ataque, convirtió dos goles, el primero y el que cerró un
partido en el que estuvo en gran nivel. Lo acompañó el goleador Robert, al que
el equipo nunca deja como 9 estático sino que lo hace participar del juego y,
como no, un Gundogan que hizo un partido sublime.
El propio
Ilkay, alemán hijo de padres turcos, ocupó como mencionaba más arriba otra
función en el campo. La entidad decidió no incorporar a otro jugador para remplazar
a la figura que se le fue y el número 8 pasó a ocupar un lugar en el que ya ha
tenido minutos en este Dortmund en alguna oportunidad. Llegando, como siempre
lo ha hecho, al área contraria con chances de gol, participando del circuito de
juego, fue fundamental en el nivel de ayer y, especialmente, en el segundo y
tercer gol.
Para volver
a darle la ventaja al equipo, el volante recibió por el costado derecho del
área rival. Envió un centro con gran potencia y Van Buyten, al querer despejar,
la terminó embocando en su propio arco. Unos minutos más tarde, recibió diez
metros más delante de mitad de cancha, corrió hasta el área y, cuando parecía
que no tenía opción de pase, frenó y amagó de forma magistral y definió con una
calidad maestra al segundo palo. Inatajable.
Fue un gran
espectáculo. Pero el desarrollo se vio marcado por varias fallas individuales
que hicieron posible este partido en algunos momentos del juego. Al Bayern se
lo vio muy impreciso en el fondo, raro en equipos de Pep, y con varias fallas
en salida. Es cierto, con presión muy arriba de los de Klopp, pero no tan
asfixiante. Uno imagina que Dante será titular en esta defensa cuando esté al
100%.
Lo mismo
sucedió en el equipo que jugó en su cancha. No pudo estar Pizczek y tampoco el
armenio Mkhitaryan, una de las incorporaciones que promete mucho. En el lugar
del lateral estuvo Grosskreutz, y desentonó al tener que marcar en la segunda
mitad a un Robben que volvió a estar imparable. El entrenador español modificó
su lugar en el campo para la segunda mitad y por el costado izquierdo, el
holandés hizo de las suyas y complicó. Terminó metiendo los dos goles de su
equipo, y en momentos que pusieron suspenso al marcador.
En ambos
tantos, resultó fundamental un Philip Lahm que entiende todos los conceptos del
juego. Que jugó ante Barcelona el último amistoso como interior derecho y que ayer
volvió a ser lateral. En el primero recibió una apertura extraordinaria de
Thiago y envió un centro perfecto para el cabezazo de Arjen. Luego, parado como
extremo, envió la pelota al corazón del área chica, para el segundo gol.
Dos equipos
que comenzaron la temporada con un juego que contagia a todo el mundo futbolero.
El Dortmund recibió una millonada por una de sus figuras, pero no compró otra
por precios siderales, sino que trajo a dos jugadores con categoría. Además del
de Armenia, un Aubameyang que tiene una velocidad supersónica y que ayer se presentó
muy bien.
En una
conferencia en la que compartieron mesa, Guardiola le tiró flores a Klopp y
dijo que su equipo aun tiene mucho por mejorar, aunque expresó que no creía que
el rival haya sido mejor. Por su parte, antes del juego, Jurgen había dicho: “Nosotros
tenemos un arco y una flecha y ellos un bazooka. Pero Robin Hood fue un tipo
exitoso”. Vaya si lo volvió a ser. Su equipo ganó su quinta Supercopa en la
historia, y volvió a derrotar al Bayern después de 5 encuentros.
Al conjunto
muniqués, que no tuvo a un Schwensteiger que apenas lleva días de entrenamiento
después de su operación de tobillo, y que no contó con dos de sus principales
figuras, aun se le ven ciertos desajustes. Por ahora no hay una mano de Pep,
una vuelta de tuerca que seguramente el técnico estará llevando a cabo para
imponer su propio estilo.
Nicolás Galliari
Etiquetas: Alemania, Bayern Munich, Borussia Dortmund, Bundesliga, Futbol Internacional, La columna de Nico Galliari, Nico Galliari, Supercopa alemana
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