domingo, 28 de julio de 2013

Robin Hood volvió a aparecer


Una vez más, el Signal Iduna Park está repleto. Desde los cuatro costados, por donde se lo mire. La Sud Tribune, el muro amarillo en el que los fanáticos Borussers muestran un espectáculo único, rebosa ante la vuelta de la competencia oficial en el fútbol alemán. Es a partido único, entre Dortmund y Bayern, por la Supercopa alemana.

En la última temporada, el escenario había sido el Allianz Arena. Ayer, la nueva final fue en Westfalia, en la ciudad que caracteriza los colores del BVB por el amarillo de los minerales y el negro del carbón. Allí, un nuevo gran partido volvió a dar que hablar en el fútbol europeo. Y también en todo el planeta.

El Borussia se tomó una mini revancha de lo ocurrido en final de Champions League, en mayo pasado, en aquella histórica y única final entre alemanes de la historia de la competición. Fue un partido muy igualado, y se definió en el cierre porque Robben sacó un lindo gol que coronó su buen rendimiento.

Los de Jurgen Klopp vuelven a sonreír, aunque el golpe en aquel partido decisivo al que el club no llegaba desde 1997, fue demasiado duro. En estos 90 minutos, el equipo arrancó con todo. Sin Mario Gotze, una de las figuras de la pasada campaña, transferido al Bayern Munich (tampoco estuvo en esta final), la institución decidió, hasta el momento, no incorporar y hacer una pequeña rotación.

El exquisito volante Ilkay Gundogan pasó de acompañar a Bender en el centro a jugar por el medio en la línea de tres que se ubica por detrás del centro delantero Robert Lewandowski. Con Błaszczykowski a un costado, con Reus del otro, y dejándole el lugar a Nuri Sahin de ocupar el lugar de iniciador de juego en su antigua posición.

Por parte de los bávaros, no estuvo el 10 por el que pagaron la clausula de 37 millones de euros, pero tampoco pudieron jugar el arquero Neuer ni Frank Ribery. Además, Dante y Schwensteiger, más allá de ingresar en la segunda mitad no están en las mejores condiciones físicas.

El que ingresó como arquero titular para los de Pep Guardiola fue Starke. Abrió el partido con un grosero error, que le sirvió el primer gol a Reus. Luego, en el transcurso, tuvo algunas atajadas importantes y otras fallas puntuales. El polaco Lewa pudo ampliar el marcador e iniciar nuevamente el año de la mejor manera posible, pero el línea levantó la bandera cuando estaba habilitado y definía de gran forma.

De a poco se fue formando un partido que fue tan atrayente como aquella final que significó, junto a la final de la Copa alemana, el cierre de una temporada perfecta para el por entonces equipo de Heynckes. Con ocasiones de gol para los dos equipos, con las pulsaciones a mil y con las ganas enormes de los dos equipos de ganarle al otro y de obtener su primer título en este nuevo ciclo que comienza.

El plantel de Pep había goleado en casi todos los partidos que había disputado, pero todavía no se había encontrado con un rival de semejante calibre. Dos equipos que parece que volverán a tener un año agitado en Europa, más teniendo en cuenta la manera de juego que han demostrado en el partido de ayer en medio del caluroso verano de Dortmund.

El Pájaro Loco, Marco Reus, volvió a complicar a toda la defensa del Bayern. Apareciendo por todo el frente de ataque, convirtió dos goles, el primero y el que cerró un partido en el que estuvo en gran nivel. Lo acompañó el goleador Robert, al que el equipo nunca deja como 9 estático sino que lo hace participar del juego y, como no, un Gundogan que hizo un partido sublime.

El propio Ilkay, alemán hijo de padres turcos, ocupó como mencionaba más arriba otra función en el campo. La entidad decidió no incorporar a otro jugador para remplazar a la figura que se le fue y el número 8 pasó a ocupar un lugar en el que ya ha tenido minutos en este Dortmund en alguna oportunidad. Llegando, como siempre lo ha hecho, al área contraria con chances de gol, participando del circuito de juego, fue fundamental en el nivel de ayer y, especialmente, en el segundo y tercer gol.

Para volver a darle la ventaja al equipo, el volante recibió por el costado derecho del área rival. Envió un centro con gran potencia y Van Buyten, al querer despejar, la terminó embocando en su propio arco. Unos minutos más tarde, recibió diez metros más delante de mitad de cancha, corrió hasta el área y, cuando parecía que no tenía opción de pase, frenó y amagó de forma magistral y definió con una calidad maestra al segundo palo. Inatajable.

Fue un gran espectáculo. Pero el desarrollo se vio marcado por varias fallas individuales que hicieron posible este partido en algunos momentos del juego. Al Bayern se lo vio muy impreciso en el fondo, raro en equipos de Pep, y con varias fallas en salida. Es cierto, con presión muy arriba de los de Klopp, pero no tan asfixiante. Uno imagina que Dante será titular en esta defensa cuando esté al 100%.

Lo mismo sucedió en el equipo que jugó en su cancha. No pudo estar Pizczek y tampoco el armenio Mkhitaryan, una de las incorporaciones que promete mucho. En el lugar del lateral estuvo Grosskreutz, y desentonó al tener que marcar en la segunda mitad a un Robben que volvió a estar imparable. El entrenador español modificó su lugar en el campo para la segunda mitad y por el costado izquierdo, el holandés hizo de las suyas y complicó. Terminó metiendo los dos goles de su equipo, y en momentos que pusieron suspenso al marcador.

En ambos tantos, resultó fundamental un Philip Lahm que entiende todos los conceptos del juego. Que jugó ante Barcelona el último amistoso como interior derecho y que ayer volvió a ser lateral. En el primero recibió una apertura extraordinaria de Thiago y envió un centro perfecto para el cabezazo de Arjen. Luego, parado como extremo, envió la pelota al corazón del área chica, para el segundo gol.

Dos equipos que comenzaron la temporada con un juego que contagia a todo el mundo futbolero. El Dortmund recibió una millonada por una de sus figuras, pero no compró otra por precios siderales, sino que trajo a dos jugadores con categoría. Además del de Armenia, un Aubameyang que tiene una velocidad supersónica y que ayer se presentó muy bien.

En una conferencia en la que compartieron mesa, Guardiola le tiró flores a Klopp y dijo que su equipo aun tiene mucho por mejorar, aunque expresó que no creía que el rival haya sido mejor. Por su parte, antes del juego, Jurgen había dicho: “Nosotros tenemos un arco y una flecha y ellos un bazooka. Pero Robin Hood fue un tipo exitoso”. Vaya si lo volvió a ser. Su equipo ganó su quinta Supercopa en la historia, y volvió a derrotar al Bayern después de 5 encuentros.

Al conjunto muniqués, que no tuvo a un Schwensteiger que apenas lleva días de entrenamiento después de su operación de tobillo, y que no contó con dos de sus principales figuras, aun se le ven ciertos desajustes. Por ahora no hay una mano de Pep, una vuelta de tuerca que seguramente el técnico estará llevando a cabo para imponer su propio estilo.

Nicolás Galliari

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