Un poco de historia

Por Damián Fernández

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Ya pasaron 50 años desde aquellas finales de Copa Libertadores. Aquellos días de incertidumbres, Aquel Agosto del ‘62, en los que el Santos de Pelé y el Peñarol bicampeón de la copa, se enfrentaban para disputar la final dicho certamen.

La primera final se disputó un ocho de Julio en Montevideo, Uruguay donde el equipo brasilero se dio el lujo de jugar sin Pelé. Imponiendose por 2-1 con un doblete de Coutinho y ganando la chance de festejar ante su gente con una victoria, o tan solo con un empate.

En el partido de vuelta, en Villa Belmiro, Peñarol se imponía 3-2 a fuerza de su garra -típica de un equipo uruguayo- hasta que a los 7 minutos de la segunda etapa el árbitro chileno, Carlos Robles, recibió un botellazo desde la parcialidad visitante.

El árbitro inconsciente en el suelo debió ser trasladado hasta el vestuario para ser atendido, y una vez apto para reanudar el encuentro, recibe una amenaza de muerte por el diputado local Faliao. Fue en ese preciso momento en el que decidió dar por suspendido el encuentro y terminar el cotejo de forma amistosa, creando una gran farsa.

Luego de la reanudación el Santos de Pelé empató el partido, finalizando el macht con una igualdad en 3 y quedando como un supuesto campeón el conjunto paulista.

Todos festejaban, el estadio era una fiesta, el Santos se habría consagrado campeón por primera vez en su historia. Pero nadie esperaba la declaración, al día después, del árbitro del partido. Este ultimo expresó que el encuentro fue finalizado a favor de Peñarol(3-2), jugandose amistosamente los restantes 38 minutos. Por lo que “Los Blancos” no eran campeón y debía jugarse un tercer encuentro para definir la gloria. 

El tercer enfrentamiento debía ser en cancha neutra, por lo que se disputó en Argentina, en el estadio Monumental de River Plate un 30 de agosto, donde el Santos del Rey Pelé ganó con un cómodo 3-0, siendo campeón de la Libertadores, construyendo así su nueva mística internacional.