jueves, 13 de diciembre de 2012

Campeón con escándalo

San Pablo se consagró campeón de la Copa Bridgestone Sudamericana al imponerse por 2-0 a Tigre, en un partido finalizado antes de arrancar el segundo tiempo por graves incidentes en el vestuario visitante. El fútbol, a medio rodar...












Una final con muchos matices se vivió en el Morumbí de San Pablo, ante una multitud. Ya en la previa del choque, Tigre (jugando su primera final internacional de su historia) vivió un clima hostil, no dejando al plantel realizar el calentamiento previo, y con destrozos al micro que los transportó del hotel al estadio.

Enfrente estaba ante el equipo paulista, de mucho más rodaje internacional, ante su público. En lo deportivo, se vivieron 45 minutos de mucho ritmo, divido en dos etapas: el de los primeros 20 minutos con Tigre protegiendo la pelota, saliendo a jugar rápido de contraataque y la pelota parada por medio de las subidas de Galmarini y Gastón Díaz, más el despliegue y el talento de Rubén Botta, que a los 12 dispuso de la primera chance de abrir el marcador, cuando Botta entró por sorpresa sobre la izquierda del área, enganchó y remató de derecha, controlado bien por Rogerio Ceni.

No obstante, el orden que tenía el equipo de Gorosito se desmoronó cuando a los 22 minutos, tras una gran jugada colectiva, un remate mordido de Jackson le dejó en bandeja servido a la entrada en carrera de Lucas que define cómodo el 1-0 para el local. A partir de allí, el "Matador" se vio envuelto en la incómoda situación de ir por el empate, dejando huecos bien aprovechados por los volantes brasileños, la movilidad de Wellington, el juego de Lucas (la figura de la noche, recientemente vendido al PSG francés por 43 millones de euros) y Jackson, que manejaban los hilos del encuentro, y por ello, a los 27 minutos, Osvaldo marcó el 2-0 (nada que hacer para Albíl) y así definió la historia...

Porque al finalizar la primera parte, hubo una discusión entre jugadores de ambos equipos en el campo de juego, y en el vestuario de Tigre se registraron graves incidentes entre jugadores, cuerpo técnico y jefes de seguridad de Tigre con personal de la seguridad privada de San Pablo, denunciando golpes, lesiones e incluso amenazas con armas de fuego (según la palabra de Gorosito y varios futbolistas del elenco argentino), lo que derivaron en la negación del visitante a salir a jugar el segundo tiempo, por lo que Enrique Ossas, árbitro del partido, dio por finalizado el encuentro, y por ende, decretando a los brasileños como campeones de la Sudamericana por primera vez en su historia. Una final recordada por los disturbios y los entretelones de la organización que por lo hecho en la cancha....

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