Ayer y hoy: ¿Qué cosas cambiaron en nuestro fútbol?
No caben dudas
que nuestro fútbol es único por su adrenalina y su pasión pero hubo cambios de
toda índole que afectaron negativamente al deporte más popular del país. A continuación
algunos de ellos y el impacto negativo del periodismo en la actualidad con
respecto a la prensa del siglo pasado,
en donde sobresalen grandes intérpretes del medio escrito, televisivo y radial
como Roberto Fontanarrosa, Enzo Ardigó, Osvaldo Soriano, Dante Panzeri,
Bernardino Veiga y Ricardo Lorenzo “Borocotó”, entre otros.
Nadie creía en que esto era posible. Ni el más pensante creía en este nueva panorama que nos presenta nuestro fútbol, en donde ya cualquiera le gana a cualquiera, no hay ventajas, no hay jerarquías, no hay jugadores que tomen la batuta y diagramen el ADN futbolístico de un equipo, y sobretodo escasean los periodistas que sienten pasión por lo que hacen, solo hay conveniencias y egos propios. En cuanto al juego, no hay aplastantes goleadas sino un juego opaco, sin brillo, friccionado y trabado en el que se trata de sacar la mínima ventaja para lograr la victoria. Hay conformismo y miedo a perder, es por eso que nuestro mediocre fútbol argentino se fue manchando día a día un poco más. Décadas atrás, se lo veía al fútbol como un espectáculo deportivo impredecible, como si fuese una película bajo la crítica de Enrique Raab o Raimundo Calcagno, con un final abierto, sin una verdad absoluta hasta que el árbitro haga sonar su silbato. En los tiempos que corren, la sorpresa y el riesgo no existen y el miedo es moneda corriente en todas las canchas del país.
Nadie creía en que esto era posible. Ni el más pensante creía en este nueva panorama que nos presenta nuestro fútbol, en donde ya cualquiera le gana a cualquiera, no hay ventajas, no hay jerarquías, no hay jugadores que tomen la batuta y diagramen el ADN futbolístico de un equipo, y sobretodo escasean los periodistas que sienten pasión por lo que hacen, solo hay conveniencias y egos propios. En cuanto al juego, no hay aplastantes goleadas sino un juego opaco, sin brillo, friccionado y trabado en el que se trata de sacar la mínima ventaja para lograr la victoria. Hay conformismo y miedo a perder, es por eso que nuestro mediocre fútbol argentino se fue manchando día a día un poco más. Décadas atrás, se lo veía al fútbol como un espectáculo deportivo impredecible, como si fuese una película bajo la crítica de Enrique Raab o Raimundo Calcagno, con un final abierto, sin una verdad absoluta hasta que el árbitro haga sonar su silbato. En los tiempos que corren, la sorpresa y el riesgo no existen y el miedo es moneda corriente en todas las canchas del país.
¿Qué quedó de aquel River de
1947 apodado como “La Maquina ”,
que no dejaba títere con cabeza y abrumaba a cualquier rival que se le
interponga en el camino? ¿Y que me dicen del Boca campeón de 1943, con una
racha invicta de 23 partidos y un delantero como Sarlanga que no perdonaba en
el área rival? Estos son los lindos recuerdos de este juego tan popular que
atrapa a millones de personas en el país. Recuerdos que tal vez periodistas y
participantes del medio televisivo y radial de la época pudieron disfrutar y
gozar, mientras nosotros esperábamos quien sabe donde al nefasto fútbol de
nuestra generación. Dante Panzeri,
exitoso periodista deportivo argentino, catalogó al fútbol bajo el lema de
“dinámica de lo impensado”, allá por la década del 60´. En la actualidad, se
puede ver poco de ese fútbol improbable, impensado e insólito que se vislumbró
en el siglo pasado y bien describió Panzeri.
¿Qué conclusiones podrían sacar los afortunados
personajes que pudieron disfrutar del buen fútbol de antaño? Bernardino Veiga, reconocido como la
voz de Boca de todos los tiempos por haber relatado al Club Atlético Boca
Juniors por muchos años con pasión y orgullo, tal vez podría opinar que hoy en
día no hay un arquero como Antonio Roma. Un arquero que atajó un penal clave
ante Delem y Veiga tuvo la fortuna de poder contarlo, junto a otros maestros
que lo acompañaron en Radio Rivadavia como
Néstor Ibarra, Ricardo Podestá y Víctor Hugo Morales. Joaquín Carballo Serantes, denominado bajo el nombre de “Fioravanti”,
fue un destacado relator de fútbol radial uruguayo, a quien se le achaca la
responsabilidad de haber hecho fanáticos de Boca y de River a la mitad de la
población uruguaya con sus relatos, hecho que seguramente se estará reprochando
en su letargo, luego de ver el horrible presente de las dos instituciones más
grandes del país. Horacio García Blanco,
en su revista ”Goles” o en el programa “Tribuna Caliente” junto a Carlos Juvenal, se acostumbraba por
hablar sobre figuras del momento como “El Lobo” Fischer, emblema del San
Lorenzo campeón invicto del Metropolitano de 1968. Un equipo que fue denominado
como “Los Matadores”, porque se decía que “salía a matar a sus rivales”, y que
hoy en día, está peleando el descenso y está en juego su estadía en la máxima
categoría. Que decir del inolvidable Enzo
Ardigó, uno de los comentaristas más importantes del fútbol rioplatense que
tuvo la chance de comentar el primer partido televisado entre San Lorenzo y
River, disputado en El Viejo Gasómetro en 1951. Me lo imagino comentando
jugadas hermosas y goles maravillosos del flamante Independiente de Ricardo
Bochini, que tanta gloria obtuvo y hoy peligra su estadía en primera división.
Ya lo veo
a Osvaldo Soriano, reconocido
escritor y periodista argentino, agarrándose los pelos ante este mal presente
del club de sus amores, San Lorenzo de Almagro. El cáncer de pulmón en 1997 no
lo dejó seguir ligado a sus colores pero todos sabemos que desde algún lado
hace fuerza por el Cuervo de Boedo. Que podrá opinar Diego Lucero, un notable periodista deportivo fallecido en 1995 que
tuvo la chance de cubrir todos los mundiales de fútbol desde 1934 hasta 1994,
en donde vio pasar a un interminable número de figuras y que seguramente, esté
donde esté, quisiera que la
Argentina le regale otro mundial, pero los malos manejos en
nuestro fútbol hacen que esto sea una utopía.
No solo
nuestro querido fútbol se quedó sin magia y sin ese tinte especial que lo
caracterizaba, sino que tampoco hay hombres que oficien el rol de periodistas y
realicen jugosos análisis. No hay prosas precisas y repletas de sabiduría como
las de Estanislao Villanueva, amante
y sabio de su deporte favorito, el básquet. La gente no puede alimentarse de
hermosos relatos como los del “Negro”
Roberto Fontanarrosa, humorista gráfico y escritor argentino fanático del
fútbol y de Rosario Central. Textos que aún siguen vigentes y uno no se cansa
de leer ni remarcar, como por ejemplo una de sus obras maestras, “19 de
diciembre de 1971” ,
una ficción que se centró en 1971 y cuenta el día en el que Rosario Central
venció a Newell´s Old Boys por la semifinal del Torneo Nacional.
La imborrable marca que dejaron Osvaldo Ardizzone, Felix Daniel Frascara, Carlos
Poggi, Ricardo Lorenzo “Borocotó” en
la revista “El Gráfico” fue digna de cuatro periodistas que sentían su
profesión como gran parte de su vida, en donde buscaban perfeccionarse en cada
momento, cosa que ahora no se ve con los periodistas del medio que solo buscan
la primicia, tirar una “bomba” o hasta incluso inventar una historia con tal de
que los nombren en algún diario.
Por otro lado, la cantidad de periodistas partidarios
en los tiempos que corren es abrumadora, ya no hay códigos y cuidado en la
forma de expresarse y muchos intérpretes del deporte nacional son castigados
sin sentido o simplemente por intereses personales. Se debe aprender de otros
colegas del medio como Juan de Biase,
secretario de redacción de Clarín durante 25 años, que escribía como los dioses
y era fiel a las pautas clásicas del ambiente futbolero a la hora de opinar.
La centralización del género
masculino trabajando en los medios deportivos también fue un aspecto que cambió
con respecto al fútbol contemporáneo y el actual. Anteriormente, se podían ver
infinidad de periodistas mujeres como por ejemplo Paloma Efron, conocida como “Blackie”, quien fue conductora de
radio y televisión argentina, o Lilian
Sáez, locutora que se desempeñaba en Desayuno Continental y que llegó a esa
emisora gracias a Víctor Hugo Morales. Hoy en día, la brecha de mujeres en el
medio deportivo radial, escrito y televisivo es muy corta y no se las integra
como antes.
Nuestro juego antes era una
poesía de Roberto Jorge Santoro, llena
de rimas y concordancia que lo hacía perfecto y atrapante, o un programa de
Jorge Guinzburg y Carlos Abrevaya, lleno de picardía y manejo de los tiempos.
El presente nos presenta un marco desalentador, con mal juego, jugadores
desganados, lesiones recurrentes, violencia en las tribunas, pobre análisis
colectivo por parte de los medios y muchos otros aspectos que perjudican a este
deporte nacional tan rico y pasional.
Por Juan Ignacio Vega
@nachoovega
Por Juan Ignacio Vega
@nachoovega
Etiquetas: Futbol, Juan Ignacio Vega, Notas de opinión
1 comentarios:
Vemos un fútbol dónde fecha tras fecha se hablan de los malos arbitrajes y la violencia de los barrabravas, quiebras económicas e institucionales de los clubes, etc. La pelota queda aparte. Triste realidad, dado que de la Argentina el mundo cosecha talento innato, y pasan estas cosas...
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio