lunes, 3 de junio de 2013

En un partido polémico, San Martín se hizo fuerte en Victoria

San Martín derrotó 3-1 a Tigre como visitante, consiguió su segunda victoria consecutiva y pasó a Independiente en la tabla de los promedios. El elenco de Victoria sigue envuelto en la irregularidad.


El equipo de Rubén Forestello dio un nuevo paso para encaminarse a pelear hasta el final para mantenerse en primera división, con gran claridad y un extra de fallos arbitrales polémicos superó al Matador, que nuevamente como con Arsenal la semana pasada se vio perjudicado por las decisiones del juez.

Desde el pitazo inicial de Fernando Rapallini, el Verdinegro buscó la ventaja en el marcador, con un buen dominio de la pelota que viene mostrando desde hace unas fechas. Sin embargo, la primera aproximación la tendría el local con un centro de Matías Pérez García que bajaría Lucas Orban con su cabeza y terminaría despejando Jorge Luna. Luego de esa acción, Tigre se vería sorprendido por el control del esférico que poseía San Martín y la apertura en el marcador no tardaría en llegar, puesto que a los 11 minutos del primer tiempo, un balón caería al área de los azulgranas que Lucas Landa conectaría con un testazo y dejaría solo (y en posición adelantada) a Claudio Riaño, que con una frialdad espectacular levantó la pelota por sobre el cuerpo del arquero Damián Albil y definiría con puerta vacía. A pesar de ponerse en ventaja, no sería Tigre quien buscara el partido desde ese momento, los visitantes querían más e intentaría con un remate de Diego García que se iría afuera y un cabezazo del exdelantero de Talleres que se iría muy cerca del arco.
Tigre vio golpeado su orgullo y también tuvo oportunidad de encontrar el empate, primero con un remate cruzado de Pérez García luego de un robo a Luna y posteriormente con otra jugada polémica, donde la Pulga encaró desde la izquierda hacia el área verdinegra y sería derribado por Reinaldo Alderete, un penal claro que Rapallini omitió. Para colmo, en la jugada siguiente llegaría el segundo gol de San Martín, con un pase de Facundo Affranchino desde la derecha a Gastón Caprari a los 23. Néstor Gorosito, el director técnico del Matador, estaba en llamas. Los locales comenzaron a buscar el descuento antes de la finalización del primer tiempo y luego de un taco de Leandro Leguizamón que no prosperaría a los 40, arribaría cuatro minutos después el anciado gol en los pies de Lucas Janson luego de un centro de Martín Galmarini, que iba a abrochar el 1-2 en la etapa inicial.
En la segunda mitad, habría menos intensidad y comenzaría con una mala noticia que se conocería después. El Gurí García trabó a los tres minutos en la mitad de la cancha una pelota con Diego Castaño y se terminaría yendo lesionado. Posteriormente se pronosticó una fractura de tibia izquierda. En el partido, poco pasaba y Forestello buscó más profundidad con el ingreso de Humberto Osorio Botello por Caprari a los 17 y bien que lo encontraría, dado que tres después luego de un pelotazo largo de Landa que parecía un despeje, terminó cayendo en los pies de un Riaño inspiradísimo, que pasó a Mariano Echeverría y a Orban en la marca y nuevamente de emboquillada convertiría, era el 3-1. Tigre estaba desorientado, intentó con una pelota parada de Sebastián Rusculleda que peinaría Orban y encontraría una gran oposición del arquero Luis Ardente y con Gastón Diaz se mandaba con mucha fiereza pero sus intentos no cambiaban el rumbo, Gorosito, más que preocupado movió las piezas y metió a Ezequiel Maggiolo en lugar del goleador Janson.
Sorpresivamente, quien seguía teniendo el control de las acciones era San Martín, que en los pies de Riaño podría haber tenido el cuarto en varias oportunidades. Primero, con un gol anulado donde nuevamente la picaba por sobre Albil, pero esta vez era anulado por falta Echeverría. En segundo lugar, por egoísmo, con un tiro cruzado que se iría desviado, cuando Osorio la pedía a gritos en una posición solitaria y por último con un remate exigido de punta, que terminaría en las manos del arquero local, posterior a un tiro mordido de Luna que terminó siendo un pase. Poco más pasaría pasados los 40 minutos, apenas un tiro débil de Leguizamón luego de un pase de cabeza del Lechuga Maggiolo y un tiro libre de Rusculleda desviado.

Llegó el pitazo final de Rapallini y estalló el público módico pero no falto de amor a la camiseta que llegó de miles de kilómetros desde San Juan hasta San Fernando, que festejó con el equipo, que juega bien, sabe lo que quiere y sacó 6 de los últimos 9 posibles. Del otro lado, pura desilusión, mucho enojo con el árbitro y un presente incierto.

Marco Faccone

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