Se fue Gallego

 Por la mañana le comunicó al plantel que seguiría hasta el final, pero horas más tardes se supo que Américo Rubén Gallego dejaría de ser el DT de Independiente.

 El empate ante Unión dejó un sabor a derrota en los de Avellaneda, que cada vez cuentan con menos margen de error. Nuevamente se dejó escapar un partido que se pudo ganar. Los hinchas explotaron y pidieron renuncias masivas, e incluso, hubo incidentes en las afueras del estadio.

Se habló de que el entrenador había presentado la renuncia en el vestuario, pero minutos más tarde, el presidente Javier Cantero se encargó de confirmar que el "Tolo" seguiría en su cargo.

Lo mismo sucedió en la práctica de la mañana, cuando Gallego reunió al plantel para decirles que continuaría con ellos pase lo que pase. La sorpresa, llegó horas más tarde, cuando se conoció que Gallego daría un paso al costado. Desde la dirigencia afirman que el entrenador se fue por su propia voluntad, pero desde el entorno del DT aseguran que fueron los dirigentes quienes le pidieron la renuncia. Lo cierto es que Gallego ya no contaba con el apoyo de toda la comisión directiva, Javier Cantero era uno de los que aún apostaba por él, pero aún así, le planteó al entrenador que si se quedaba, debería hacerlo hasta el final del torneo, y si quería dar un paso al costado, este era el momento indicado.

Ya sin Gallego, los dirigentes deberán moverse rápido a la hora de cerrar la contratación de un nuevo DT. Es por eso que en las últimas horas se habló con Julio Cesar Falcioni, principal apuntado por la Comisión Directiva y también de la oposición. Pablo Moyano estuvo dispuesto a invertir una fuerte suma de dinero para que el ex entrenador de Boca vuelva a sentarse en el banco de Independiente, pero la respuesta del DT fue negativa. ¿Plan B? Jorge Fossati. Difícil pero no imposible. También suenan los nombres de Miguel Brindisi y Ricardo Zielinsky, a quién no hay que descartar pese a que hace poco afirmó que se irá de Belgrano recién en Junio. Mientras tanto, dos ídolos, Enzo Trossero y Pedro Monzón, se mueren por agarrar la conducción, pero en la dirigencia no terminan de convencer.