Paliza histórica con destino a Wembley

El Bayern volvió a darle una lección al Barcelona y clasificó a la gran final del próximo 25 de mayo tras ganarle por 3-0 a domicilio.

Arjen Robben, la figura del partido, celebra el pase a la final. // Foto: UEFA.com

El Bayern Munich fue el gran protagonista de la noche en el Camp Nou. Esta vez no se vio al Barcelona dominante y monopolizador de juego que acostumbramos a ver. Esta vez fue el equipo alemán el que se puso el traje de animador y se apoderó del terreno de juego. Muchos podrán decir que la Messidependencia fue notoria (Leo estuvo entre los suplentes y no ingresó), pero por cómo se dio el juego quedó más que claro que el Bayern mereció llevarse lo que consiguió por su propia labor.

El partido empezó con un Bayern que presionó arriba y provocó errores de la defensa culé. La dupla Barta-Piqué no estuvo muy compenetrada y eso se notó (a pesar de que el "3" tuvo una buena actuación). Además estuvo Adriano ocupando el habitual puesto de Jordi Alba y quedó claro porqué no es el titular. El conjunto alemán llegó mucho por su sector, generando peligro una y otra vez en los pies de Müller, que junto a Robben y Ribéry fueron una pesadilla. El Barcelona estuvo erróneo en los pases y flojo a la hora de armar jugadas. Aunque siempre mantuvo su estilo característico, pareció que no estaba convencido de que la remontada era posible.

En el complemento no hubo tiempo para acomodarse y Robben puso el 1-0 a los 48' y el silencio se apoderó del estadio. Un baldazo de agua helada que obligaba a marcar seis goles para dar vuelta la serie, era el comienzo del fin para el equipo catalán. El esplendor del holandés se hizo presente en la noche española y esos 90 y pico mil de espectadores presentes lo tuvieron que sufrir. Vilanova parecía estar resignado, como todo el equipo, y el Bayern no hizo nada más que aprovecharlo y en cinco minutos liquidó la historia: A los 72' Piqué en contra y a los 76' Müller le pusieron fin a la llave. El 0-3 representó la gran diferencia entre ambos conjuntos. El Barcelona salió a jugar el partido con una pasividad increíble, como si la ventaja del 4-0 de la ida hubiese estado a su favor. En contrapartida, el Bayern salió a jugar como lo hace en cada partido que le toca jugar: saliendo al ataque desde el minuto 1, presionando de manera constante y moviendo la pelota durante los 90' (cosa que hizo irritar al Barça).

La victoria y el pase a Wembley es muy bien merecido para los alemanes. Hicieron lo que quisieron ante el mejor equipo de los últimos años y reforzaron su condición de favorito a llevarse la orejona. Ahora, el gran duelo final será entre equipos que se conocen del torneo doméstico. Tanto el Borussia Dortmund como el Bayern demostraron, con buen juego, que son los mejores de la competición y que el sábado 25 de mayo van a brindarle al público un gran espectáculo. 

Por Franco Nafarrate

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